domingo, 25 de septiembre de 2011

Capítulo 1: 4ª parte

Bueno, pues aquí estamos de nuevo tras muuuuuucho tiempo de paréntesis para seguir con la historia, me lo han pedido muchos amigos, así que tenía que hacerlo... espero que os adentréis en la historia y os guste mucho

Mimándose el cuerpo mutuamente y entrelazando sus figuras se encontraban, tras una noche de intenso placer, dos chicos de 19 años cada uno. Andrés y Brian eran una pareja de homosexuales, desde hacía ya más de un año, que se encontraban en un estado de marginación por sus respectivas familias. Los padres del primero eran los patronos de una antigua fábrica de la ciudad, y, para mantener la imagen de su oficio, decidieron listar al chico en un orfanato; a sus trece años, el chaval no podía disimular su gusto por personas del mismo sexo y fue eso lo que lo llevó a la discriminación de sus parientes más cercanos. Cuando cumplió los 18 se escapó del orfanato en busca de alguna aventura que lo alejara del mugriento peso familiar que llevaba a cuestas, y de esta manera conoció a Brian. Éste último fue más abierto, siendo capaz de plantarle frente a su familia y buscando un empleo que le permitió, poco después, alquilar un piso para vivir con su novio.
Desde entonces, son como una pareja normal, sin ningún tipo de rencor y con un intenso enlace que les ayudó a vivir experiencias inmejorables a dúo. Mucha gente los señala al pasar por la calle cuando los encuentran unidos por las manos, aunque ellos omiten para sí dichas miradas de extrañeza con el dicho “cada persona es de una manera, por muchos seres que nazcan, nunca habrá dos entes iguales, si no a base material, psicológica”
Brian se levantó estrepitosamente al ver el reloj; cuando descubrió que eran las 12:00 de la mañana comenzaron las carreras al vestirse y peinarse. La razón se encontraba en que tenía que embarcar en un avión con destino a Buenos Aires; hacía unos meses le llegó la carta con la aceptación en un taller de decoración de esta ciudad, en la que se le firmaba un contrato de dos años fijos en aquella empresa. El muchacho no lo rechazó por el permiso que le ofreció Andrés ya que no quería dejar a la pareja que le costó tanto encontrar alejada de él.
Ambos cogieron el camino al aeropuerto, que estaba a media hora de sus casas. Compartiendo en ese trayecto sus anécdotas.
-¿Te acuerdas cómo nos conocimos?; por Internet, a través de ese portal de gays y lesbianas. Al principio fue esa foto en la que salías desnudo la que me llevó a mantener un diálogo contigo; lo recuerdo, sólo quería follarte como si fueras uno de esos rollitos fáciles, pero después, no sé como, cuando quedamos, me dio miedo hacerte daño- dijo Andrés, que era el que estaba al volante.
-Y la primera vez que quedamos, en aquella plaza casi desértica. No sé como, pero tal cual nos vimos nos morreamos de lo lindo mientras nos dirigíamos a mi casa. Allí hicimos el amor como nunca antes lo conseguí; y desde ese momento, creo que sólo en tres ocasiones hemos fallado: cuando estuve en casa de mis padres, un día que nos fuimos de excursión por la noche y el domingo pasado, que se murió mi tía.
-Tienes razón, somos unos adictos. Pero no sé como voy a aguantar todo este tiempo ahora sin pillar cacho. A no ser que me valla con otro.
-Ni se te ocurra, procura que eso sea una broma que si no vengo por excepción a matarte.
-¿Todavía dudas de mí?. Ya sabes que yo no haría eso ni bebido de siete cubatas.
El trayecto que quedaba hasta el aeropuerto se efectuó sin diálogo determinativo, y es que el molestoso nudo que se forma en la garganta en momentos delicados surgía de entre el silencio dejando a los chicos en un llanto oculto.
Una vez llegados al edificio nombrado, se despidieron con un beso largo de tornillo, mezclado con fuertes abrazos y achuchones que dejaban constancia entre los transeúntes que viajaban o que salían de sus vuelos de la pista de aterrizaje.
Brian se secó los ojos y pasó su maleta grande por una cinta transportadora para, transcurridos unos minutos, entrar en el avión. Éste era bastante grande con dos filas de tres pasajeros en cada una; en él viajaban personas de todos los tamaños y razas, entre ellos había varios moros, musulmanes, ingleses, franceses... Sin embargo, él se sentó entre un coreano y un peruano.
Estuvo varios minutos pensando en su novio, imaginándose lo alegre que había estado si hubiera viajado con él, sin embargo, una cosa un tanto fuera de lo normal lo sacó de su mundo fantástico para traerlo a una realidad tentadora: coincidiendo con el despegue del avión, el peruano se metió la mano entre sus genitales para acomodar su miembro, cosa que perturbó a Brian de tal manera que no pudo contener una alegría viril. Al darse cuenta, el coreano lo tranquilizó acariciándosela sensiblemente para que el ejercicio fuera de lo más simulado posible. Brian se dejó, inquiriendo al chico de Perú que hiciera lo mismo, aunque éste le incitó a que se la tocara. Así: el coreano pajeando a Brian y éste último al chaval de Perú estuvieron casi todo el viaje.
-¿Cómo te llamás?- preguntó el Peruano a Brian- Yo Edgard, 16 años.
-Jovencito pero con las ideas claras, eso está bien, mucho gusto Edgard, yo me llamo Brian, 19 años. Mmm... a éste mejor ni le preguntamos ¿no?- supuso, señalando al de Corea.
-Tú deja que te la mame y luego le cobras, eso le hice yo la otra vez, está conmigo desde que vine a España y llevo ganados 300 euros con él.
-Esto es un rollo, he tenido que cambiar todo mi dinero porque en el caso contrario no me lo aceptarán allí.
-Es lo que tiene mudarse de país, tú ven conmigo y yo te guío, siempre y cuando me pagues con sexo.
-Dalo por echo.
A lo largo del día no hubo más señales que intuyeran su rama homosexual, comieron y hablaron como si fueran familiares, y, al llevar los móviles desconectados por petición de las azafatas, nadie pudo interrumpir sus diálogos.
El paisaje que se percibía desde el avión no era muy llamativo más que nada porque sólo se veía nubes amenazadoras por todas partes. De esta manera asomarse por la ventanilla se convertía en una señal notoria de aburrimiento.
Era la primera vez que Brian pisaba un avión, y aún así, no se apoderó de él ningún tipo de miedo, no por otro motivo sino porque sus compañeros le distraían con juegos bastante adictivos. Así pasaron el viaje, entre roces que hablaban por sí solos y diálogos entretenidos el largo trayecto se convirtió en un ameno recorrido.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Capítulo 1: 3ª parte


       Perdonenme por la tardanza queridos lectores, pero ya saben, más vale tarde que nunca. La historia en cuestión, Nervadura, fue una de las primeras que yo realizé, y si digo la verdad, la que me planteó el dilema de ser escritor u olvidarme de ello; por suerte, tras ella conseguí publicar mi primer libro. Gracias a muchos de mis amigos conseguí continuarla, y por ello os presento otro de los fragmentos del capítulo 1. Espero que os guste y anime:

-Oye tron, ¿de cuando tai jaliendo la potra eja y tú?
-Desde Septiembre del año pasado, y se llama Luna, que no potra
-Anda polla, jal que ya hemo llegao
      Carlos dejó el turismo de su amigo para abrirse paso entre la lluvia hacia la casa de Luna, como el trayecto que tenía que andar no era mayor de 7 metros, no se preocupó por extender el paraguas.
      El portal o zaguán de la casa de Luna era inmenso, decorado con lucientes pinturas de paisajes y otras muchas abstractas que sorprendían a las visitas. La cancela, adornada con figuras góticas en su estructura se abrió al introducir Carlos en la herradura una llave de composición exterior un tanto complicada. El pasillo formaba parte de un salón que llevaba a la planta superior con unas escaleras de caracol y se encontraba bañado por la luz de una voluminosa y cristalina lámpara de techo.
      La primera en saludar al chico no fue otra que Lucy, la mascota de Luna, acompañada por su dueña y la hermana chica de ésta.
      Luna llevaba un vestido rosa con acabados de color blanco y decorados con líneas doradas. Su pelo formaba parte de una mezcla entre rubio y castaño claro que se ondulaba en su espalda hasta llegar casi a la altura de las caderas y permanecía recogido por un lazo rojo que embellecía la figura de la chica. Natalie, la hermana de Luna, por el contrario, vestía el pijama, dado que eran las doce de la mañana y su pueblo festejaba la fiesta patronal.
-Me estoy probando el vestido que luciré en la boda de mis tíos. ¿No te parece mono?. Te he comprado un traje con la chaqueta de color negro y la camisa blanca; es parecido a un esmoquin, pero tiene detalles que lo diferencian con él. ¡Ahh!, y los zapatos te los he comprado también negros, para que no canten mucho, quién ha visto no tener zapatos negros en un armario, es de locos. Por otra parte, ésta vez van a ir a la boda mis primos, esos traviesos sin razón, no me gustaría que te vallas con ellos y te emborracharas como la última vez, que parecías un mono fuera de la selva y me hiciste pasar un día vergonzoso y...
-¡Che! Para un toque, buenos días primero ¿no?
      Carlos se estremecía cada vez que Luna cogía carrerilla para hablar, y es que la única pasión que tuvo la chica desde pequeña era la moda. No había diseñador que no conociera la adolescente ni tampoco se le pasaba un detalle con la gente que le rodeaba. Todo era indispensable, según veía ella, para poder entrar en la sociedad con superioridad y sin tener que seguir las indicaciones de personas inferiores que habían conseguido un puesto privilegiado gracias a las “manos pasajeras” proporcionadas por otras personas. Sin embargo sí que existía una segunda cosa a la que daba tiempo en sus ratos libres: la naturaleza. Luna era tal amante de la naturaleza que intentaba seguir, minuto a minuto, la evolución del tiempo en un canal especializado para ello e incluso ayudaba a su padre innumerables veces en su oficio como hombre del tiempo (no aparecía en la televisión, pero sí que estaba atento, a cada rato, a la progresión atmosférica de todo el planeta a través del ordenador que le habían proporcionado en la empresa).
-Buenos días amor mío- contestó ella; posteriormente le otorgó un beso que le animó por completo. Al igual que la incesante charla que efectuaba la chica cuando más feliz se encontraba le daba pesadumbre a Carlos, sus besos y caricias le alegraban completamente facilitándole su estado psicológico.- te tengo que hablar del estudio que mi padre acaba de sacar sobre la meteorología actual, no te va a gustar, es un tema muy delicado y requiere especial atención por parte de todos. He pensado, que quizás con la ayuda de tu msn secreto podrías ampliar el mensaje que mi padre quiere otorgar. No lo hacemos por televisión porque estamos un poco escasos  de material cinematográfico y la radio está actualmente en decadencia, necesito tu msn. Please.
      El msn al que se refería Luna no era más que un simple msn que en principio tomó el papel de cupido: Carlos tenía la necesidad de enamorar a su Julieta de cualquier manera, por eso creyó que la mejor táctica sería esa; se inventó un correo electrónico para hablar con la chica de manera que ella ignorara su verdadera identidad, la “estrella de mar”, llamada así por Carlos durante ese periodo, fue cautivada de tal manera por el joven que difundió su correo por todos sus amigos y otros muchos desconocidos con la intención de que éste pudiera extender sus dotes de seducir e incluso de aconsejar a otras personas. Tras cinco meses de mantener un amoroso diálogo por Internet, el chico reveló su identidad pidiéndole a su enamorada que no se lo dijera a nadie. De esta manera, el prestigioso “magicum”, apodo que se otorgó de forma minuciosamente elegida, fue conocido por todo el mundo con su dirección: Magicumday@hotmail.com y consiguiendo alcanzar una cifra de consultas prácticamente de récord.
      Los tres se acercaron al estudio de Leo para informarse de manera más dilatada sobre el asunto. Aquel cuarto tenía por ambiente el que para muchos resultaría ser un tormento; en comparación con el alumbrado del resto de la casa, la sombría habitación dejaba cegatos a los visitantes. A pesar de todo se podían distinguir entre los fantasmas de los objetos tres figuras sobresalientes, a saber: el padre de Luna, un ordenador de última generación que ayudaba al señor en todo su trabajo, y un proyector que tomaba como tela de pantalla a la pared.
-Pasad, pasad. Hola Carlos, siéntate a mi lado y te explico lo que sucede. Como sé que te gusta la meteorología, no te resultará difícil entender lo que quiero decir. De todas formas, te lo he pasado a un disco porque dice Luna que nos puedes ayudar a extenderlo por internet. Mira a la pared y te saldrán las ilustraciones.
      Comenzó la proyección con una silueta animada de la superficie atmosférica del planeta tierra, en la que se ilustraba el paso del movimiento de las altas y bajas presiones en el año 2000, al actual. Posteriormente un mapa explicativo de la alta desconfiguración que dicho planeta sufre, es decir, las fuertes e incesantes tormentas en contrarresto con abundantes sequías. Y por último se iba a detallar el futuro esperado por un programa especializado del ordenador que ni Leo había visualizado. Aunque en dicho momento un rayo azotó contra el centro del pueblo produciendo un apagón indefinido que los dejó con la intriga.
-Bueno, supongo que el futuro es una cosa que no se debe observar; o por lo menos, así lo ha querido la tormenta

martes, 6 de enero de 2009

capítulo1: 2ª.2 parte

Bueno, pues hubo un pequeño trueque la vez anterior y se me olvido el ultimo cacho de esta parte, y como es tan corto, pues habra poco espacio de tiempo entre este y el nuevo.... suerte!


-Me encanta el chispeo de las llamas, este sonido sordo que se mezcla con el ambiente-susurró Joaquín.
-No me seas tan poeta, nunca lo has sido, ¿por qué ahora?
-Por que me he dado cuenta de mi fortaleza con las palabras...
-¡Venga ya!-exclamó Guadalupe
-Y porque tengo a mi lado a la mujer más bella que he conocido en mi vida- poco a poco, el chico acarició su rostro- he estado deseando tocar esa cara de ángel desde que te conocí, envolverme en ese pelo castaño que tienes. Por favor, dime que sientes por mí lo mismo que yo por ti.
Guadalupe abrió la boca con la intención de responder, pero no pudo, simplemente se lanzó a los labios del chico para besarlos, entrelazar sus lenguas sin descanso consiguiendo mezclar sus jugos. Joaquín se soltó de ese enredo para comenzar un recorrido sensual quitándose la camisa y dejar al descubierto sus músculos de deportista; allí, tendidos en una manta instalada al lado de la lumbre, se revolcaron acariciándose con las manos y la boca.
No tardó mucho en liberar a Guadalupe de la protección del chándal rojo que se puso por la mañana para descubrir, con la única envoltura de un sujetador, sus pechos de diva, fue entonces cuando Joaquín comenzó a besotearla de arriba abajo, iniciando el recorrido con el cuello, dándole pequeños mordisquitos que parecieron funcionar en la chica como un estimulante para la relación y prosiguiendo con el vientre; Posteriormente desabrochó el sostén para rodear sus mamas con la boca, sin llegar a los pezones de éstas. La chica adoptaba posturas de placer cada vez más intensas e incluso soltaba algunos gemidos gozosos.
La ausencia de vecinos en derredor facilitaba la intimidad de los chicos sin limitación de inspiración exceptuando algunos inquilinos salvajes de la zona. Guadalupe se abalanzó sobre el miembro viril del chico, sacándolo de su escondrijo y dándole un suave pero intenso lavado acuático mientras éste la dirigía con sus manos hacia fuera o dentro según requería la situación. Al acabar esta tercera fase del cortejo, los chicos se desvistieron por completo, para disponer sus cuerpos al calor proporcionado por el chispeo del fuego y con el designio de mezclar la elevada temperatura de cada uno. No hubo tercio de caballería que pudiera seguir el ritmo del cabalgamiento que cogió la chica, subida encima de Joaquín, ambos hicieron el amor por primera vez en su vida, desprendiéndose de la virginidad que les dio la naturaleza al nacer y sin la protección de embarazo debida.
-Me va a salir ya, ¿quieres que siga?- pregunta el adolescente, sudando pasión por todo su cuerpo
-Adelante, sin miedo; se llamará Diego Con esa rima asonante seleccionada a propósito por la chica, el semen de Joaquín consiguió adentrarse en el laberinto de la vida, de todos los espermatozoides que llegarían al óvulo, sólo uno conseguiría hacerse con el premio, y, en caso de ser varón, se llamaría Diego.

domingo, 14 de diciembre de 2008

capítulo 1: 2ª parte

por si acaso os lia, en el libro que he escrito hay un triple espacio entre esta parte y la anterior, como dando a entender que es un salto espacial.


La mañana se exhibía tranquila en Buenos aires, aún así, las abundantes masas de frío polar que habían caído en los últimos cinco veranos sobre la ciudad, provocaban grandes problemas desde el casco antiguo hasta la periferia de la urbanización, incluyendo de igual manera los campos y cultivos que se encontraban en las afueras de la misma. No se sabía con exactitud el porqué de lo ocurrido pero en ese periodo no había caído una gota sobre la ciudad, a excepción de dos tormentas que dejaron a su paso grandes inundaciones. Una ocurrió en enero del 2047 y la otra en noviembre de ese mismo año; entre los dos fenómenos murieron ahogadas ocho personas, a saber: cuatro ancianos, un bebé, dos chiquillos de unos diez años cada uno y una mujer embarazada de cinco meses; y aplastadas por el derrumbe de casas fallecieron otras cinco personas. Contando los demás daños causados por dichas tormentas indistintamente, tanto en daños materiales como en físicos o psicológicos, se puede observar la monstruosidad de la meteorología en la zona, lo que mantenía en vilo a toda la población.
Con una temperatura de 6ºC bajo cero, se acurrucaba la ciudad en su propia manta, causa de la polución de los automóviles, fábricas y demás contaminantes atmosféricos que evitaban con exigüidad una brusca bajada de las temperaturas. El copioso ir y venir de tráfico matinal mostraba que, aún con los bajos valores que marcaba el mercurio del termómetro, el oficio seguía siendo para la mayoría de los ciudadanos mucho más importante. Los coches no tardaron en producir el embotellamiento de las ocho de la mañana apropiado para los días de entre semana. Los semáforos, policías y señales de tráfico hacían lo posible por sosegar el tránsito del casco antiguo, lugar donde se concentraban, junto con monumentos, iglesias y adornos urbanos, las grandes empresas y edificaciones concentradas en el negocio.
Ajena a todo ese desconcierto masivo y con ideas en la cabeza de grandes paraísos tropicales, así como de vehementes historias de amor, dormía Guadalupe; una chica de 17 años que estudiaba geografía por el conocimiento de su abuelo. La muchacha no había estado nunca en una escuela ni conocía el significado de la palabra examen, su abuelo, Rogelio, le enseñó a escribir, leer, componer historias a través de su imaginación de igual modo que le mostró las sustanciales materias de filosofía, geografía, ecología, inglés, español y portugués. Rogelio creía que la educación a través del estado iba a dotar a su nieta de absurdas, según su criterio, ideas políticas, así que prefirió educar a Guadalupe a través de sus conocimientos. El padre de la chica había fallecido en un accidente laboral, supuestamente: pasaba por una época de su vida un tanto preocupante; se acababa de divorciar de su mujer, un par de semanas después presenció la muerte de su madre y del único hermano que le quedaba casi al unísono y por todo ello tomó la iniciativa de suicidarse traspasándose el cuerpo con una motosierra. Pasó a la otra vida dejando a Rogelio un recado que le ocupó todos los minutos de su existencia desde que murió su hijo, el cuidar de Guadalupe como a su propia vida y ofrecerle todos los mimos y cuidados que deseara.
Así lo hizo el pobre anciano quien, sin tener el privilegio de protestar a un espectro, tuvo que mantener a la chiquilla mediante sus bienes propios.
Cuando despertó, lo hizo deleitada por el canto de colibríes y gorriones que esperaban encontrar su libertad encerrados en cuatro jaulas de alambre de cobre. Se incorporó para desvestirse del pijama y envolverse posteriormente con un chándal rojo que acrecentaba sus mamas, tras lo cual se preparó para salir en bicicleta a dar una vuelta a través del campo con su amigo Joaquín; el cual había dejado la escuela para presentarse como un nuevo candidato en el mundo laboral, en el que, hasta el momento, no había conseguido una buena oportunidad de empleo.
Los dos atravesaron el laberinto de callejuelas con imperiosos monstruos de aluminio así como de desquiciadas personas que corrían más que caminaban y sin tener tiempo ni de pensar en su propio bienestar, hasta adentrarse, mediante un camino de tierra seca, en el campo.
Tenían la intención de llegar a una cabaña situada en la orilla de un pequeño lago temporal que en el momento se encontraba sin materia líquida para embellecer el paisaje. La caseta estaba construida con madera de pino para mezclarse con el entorno natural de su alrededor, quedaba un poco destruida, ya que desde su levantamiento no fue reedificada; las llaves del alojamiento pasaron a manos de Joaquín por sorteo, dado que la familia constaba de siete hermanos y todos deseaban el lugar. Después de dejar las bicicletas estacionadas en la verja del jardín, se instalaron por unas horas en el lugar. Al lado de una hoguera que consiguieron prender con unas cerillas charlaron tranquilamente entablando entre ellos una conversación que, a medida que crecía, acogía formas más cercanas.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Capítulo 1: 1ª.2 parte

Pues aqui os dejo el final de la primera parte de este capítulo, espero que os guste, gracias a Ana por el comentario (lo tendré muy en cuenta), aunque me tienes que decir dónde te puedo contestar...


-¡Quién anda ahí!
-No pegues esos gritos, bestia, se nota que te espera la mili a la vuelta de la esquina. Parece mentira que tengas 17 años- la voz pertenecía a una chica a la que la edad no le sobrepasaba los 20 que parecía encubrir algo por el hecho de que vocalizaba armoniosa y tímidamente.
-No tengo 17 años, ya voy a cumplir los 18, la semana que viene... y, espero que me tengas preparada alguna sorpresita ¿no?.
-No te hagas muchas ilusiones, que nuestro aniversario no es hasta Septiembre. Además, tú no me regalaste a mí nada en mi cumpleaños. ¿O ya no te acuerdas?. Pero el asunto no es ese; te llamo por lo de la fiesta en la cochera de Vicki, se ha aplazado hasta el miércoles que viene, el día antes de tu cumple.
-Eso quiere decir que esa noche vamos a hacer el...
-¡Silencio imbécil!. Que me pueden escuchar mis padres y tú sabes que yo no los he puesto al día hasta el momento. No me gusta hacer de espía, pero te informo de que están ocurriendo cosas muy preocupantes a escala atmosférica, es lo que he podido sacar del boletín de meteorología de mi padre; más tarde te explico. Bueno, que te lo pases bien; luego te veo.
El mensaje de la chica pareció entusiasmarle, el interés que mostraba el adolescente por la meteorología y la naturaleza sólo lo presentaba de igual manera por las fiestas y la música. Carlos agarró su gorra firmada por el trío de rock Blink 183, grupo que poseía dicha designación para hacer referencia a otro terceto con el mismo estilo al que le tenían mucho aprecio: Blink 182; la consiguió gracias a su primo de Buenos Aires (el cual había presenciado en vivo dos conciertos de la banda), y se la colocó con la visera asentada a la derecha de su cabellera, como solía hacer cuando estaba contento ya que esa postura de la gorra le proporcionaba la fuerza que su enclenque cuerpo no le permitía demostrar.
Con una camiseta de mangas con tirantes y bastante pegada al cuerpo para la pobre apariencia que tenía que mostrar, dado que se desvelaban tras la prenda la silueta de las costillas, omoplatos y vértebras de la columna vertebral, y un pantalón vaquero desteñido y demasiado ancho, ya que se podía percibir tras la camiseta semitransparente unos calzoncillos de color azul marino de latiguillo elástico, bajó las escaleras de su casa de dos en dos prestando caso omiso a las rogativas de su madre sobre no rehollar en el suelo fregado de la casa. Laura, tuvo a Carlos en una situación un tanto extravagante para tratarse de un parto prematuro; se encontraba a bordo de un avión espanair, compañía de tráfico aéreo español, cuando rompió aguas. Supuestamente el parto tenía fecha límite para mediados de Agosto, pero se adelantó al mes de junio, el 24 para ser exactos. Allí, en pleno vuelo y con la atónita mirada de los pasajeros concibió al chiquillo; ni su marido ni sus familiares se encontraban en el avión con ella, por lo que tuvo que parir sola si se excluye la ayuda casual de un doctor que se encontraba en aquel trayecto. Los pocos adolescentes que disfrutaban, casi a pleno rendimiento, del vuelo se aprovechaban de la situación para observar las intimidades de Laura. La mujer no se atrevió a subir, desde aquel momento, en un avión más, prefería recorrer las largas distancias montada en un tren. Aún así no se arrepiente de la impactante manera en la que tuvo a su hijo, es más, lo contaba de vez en cuando con una caprichosa sonrisa en su cara en forma de anécdota.
La jornada, a pesar de ser lluviosa y ventada, no daba señales del mes al que pertenecía, Junio; en el cual era extraño que el bochornoso calor no se mostrara en apariencia al sur de la península Ibérica. Aún así, hacía ya seis días que no cesaba de llover en ningún instante de ellos, las extrañas precipitaciones dimanaban de una gran baja presión asentada en la zona septentrional de las islas Maldivas que no cesaba de mandar activos y grandes frentes en estructura de tormenta hacia los países del este de Europa. Sin saber cómo, ni los meteorólogos daban irrefutables hipótesis acerca de los hechos, las masas de aire habían permutado su trayectoria haciendo que llegaran intensos temporales a zonas previamente desérticas y succionadoras sequías en lugares amazónicos, llenos de vida y acostumbrados a la abundante agua.
Velozmente se manifestó en la retraída calle con un paraguas de enormes hendiduras en el que la impermeabilidad resultaba ser un término relativo. El viento, además, impulsaba a las gotas de agua hacia las extremidades inferiores del chico provocando que del pantalón del mismo emanaran veraces torrentes de agua. A todo eso había que incrementar la elevada pendiente de la calle que, a contracorriente del desplazamiento del viento resultaba mucho más arduo el ascenso.
Alguien le nombró, aunque, a causa del alboroto protagonizado por esos dos factores que parecían infalibles en aquel día, no pudo estar en autos de quién le había llamado hasta que éste dio el tercer toque.
Era Paco, su amigo de infancia, el cual se descubría sentado en un coche que quedaba aparcado a la derecha de la calle. Éste le incitó a sentarse en el Renault Meganne del que disponía para acercarlo hacia donde quisiera ir. Paco era un chico de padres analfabetos y pobres, dotes heredados por el adolescente, que sin dudar, resultaría como un orangután en una ciudad en el contexto de una conferencia. La ropa que llevaba estaba desgarrada y sucia; amplios manchones de pintura se extendían por la camiseta y agujeros situados en lugares prohibidos daban a la luz los secretos ocultos del muchacho. Una peculiaridad del chico era la manía que tenía de no ponerse ropa interior, la aclaración que siempre daba era la de “me resulta más cómodo estar de esta manera que con un huevo aplastado”.
-¿Cómo te va, tío?. Como no me has avisado que habías vuelto de Baleares no he podido venir a visitarte.
-Po la verdá ej que no tengo muxo de lo que hablá, tronco. No me podío bañá pojque el mar taba mu revuelto y encima el viento kacía era terrible- el baldío vocabulario de Paco le resultaba un poco chocante. A veces le parecía imposible adivinar lo que quería decir, pero como en inusuales ocasiones lo que sostenía resultaba ser algo importante, ignoraba aquellos vocablos de difícil entendimiento- ¿Onde quiere jir?.
-Llévame a casa de mi novia. Tengo que hablar con ella sobre algo; no sé exactamente lo que me ha querido decir por teléfono, pero parecía muy preocupada.-Arrancando el vuga hacia la mierda- contestó Paco. Carlos no sabía si poner cara de “efectivamente” o de “¿qué has dicho?”; se limitó a no poner ninguna expresión y llevarle la corriente.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Capítulo 1: 1ª parte

Bueno, pues aqui la primera parte del capítulo 1, hay algunas cosas que tengo que cambiar, así que dadme opiniones, espero que os guste:



Día 1

El cuarto de Carlos estaba hecho una zahúrda. La ropa quedaba enrevesada en sí misma sin notoria distinción entre manga y cuello y apaciguada en cualquier rincón del familiar aposento. Con tres centímetros de mota en cada uno de los enseres y un nauseabundo olor que salía de todas partes, el chico se intentaba desenredar el graso y greñudo pelo que tapaba todo lo que se encontraba desde su estirpe hasta los hombros del adolescente. Los pósteres de acreditados grupos de música de estilo rock tapaban casi en su totalidad una pared ya de por sí mugrienta y gótica; la lámpara consistía en un cable sacado de una voluminosa fisura del techo que acababa con una bombilla pintada de azul por el propio muchacho para difundir por la habitación un ambiente más opaco, y, aunque ya se le habían explotado dos bombillas por rociar con spray sus superficies transparentes, el chico lo seguía haciendo. Dos calaveras colgaban de hilos finos y desechos al lado de la ventana, en el interior de cada una, iluminaban la habitación varias velas de cera roja. De todo lo demás, lo que sin duda alguna destacaba era el telescopio que se encontraba en la otra ventana, intentando en vano tomar muestras del firmamento exterior; el aparato era señal de que el chico, a parte de su demostrado interés por las fuerzas ocultas sentía de igual manera un atento aprecio por la astronomía y el universo en todo su conjunto.
El día era deshecho y la fuerte ventolita chocaba contra las ventanas de la habitación dejando en él un sonido sordo y, en determinados instantes, misterioso; vientos sostenidos en una velocidad de hasta 120 Km por hora doblegaban las ramas de los naranjos y pinos plantados en las parcelas de las casas, que, en abundantes ocasiones, se veían obligados a caer por la presurosa celeridad del viento. Los pocos transeúntes que vagaban del mismo modo que las personas pasadas un poco de alcohol por las calles del pueblo, sostenían una indefinida lucha por desdoblar el paraguas; dicho material, que permitía normalmente gozar de una impermeabilidad a la raza humana, tenía, en este caso, una función muy alejada de la que se ha nombrado.
Carlos no tenía aspecto de búfalo y mucho menos de matón, los huesos, que asomaban entre sus débiles carnes daban señal notoria de anemia, y el singular rostro desvelado y ojeroso eran la entidad de que el chico se encontraba deseoso de nicotina y pastillas de éxtasis. En determinadas ocasiones había acabado echando sus partículas desechas por la boca, e incluso había saboreado, muy de cerca, la muerte. Todo ocurrió en el verano de 2045, en pleno mes de Agosto, él gozaba de unos locos quince años entonces, cuando una fiesta programada por un amigo suyo para celebrar su impureza acabó por ser el peor día de su vida, así como la jornada que le llevó al cerrado ciclo de la droga. Paco, que así se llamaba el que lo organizó todo, le regaló una bolsita con un polvo de color blanco, “esto sólo lo tienes que extender, y absorber por la nariz”, le dijo mientras el muchacho atendía con éxito a las explicaciones de su amigo. El proceso lo realizó unas cuatro o cinco veces a escondidas de Paco porque éste le prohibió utilizar el misterioso polvito sin su observación, hasta que cayó en un largo coma, estado de falta de motricidad voluntaria, así como de sensibilidad y perdida de conciencia que le duró tres angustiosos días. Aún así, Carlos no ha dejado el hábito de la droga, según él, porque es su vida.
Una melodía poco armoniosa, comenzó a sonar de entre una montaña de papeles desordenados que se encontraba sobre un arcaico televisor. El chico se apresuró a cogerlo, después de encontrarlo bajo un examen sobresaliente de naturales, y a contestar sin siquiera percatarse del número inscrito en la pantalla del teléfono móvil.

El comienzo

Pues aqui comienza todo, la verdad es que la intención que tengo ni siquiera sé si la voy a poder cumplir, puesto que creo que hasta ahora es única en el mundo; no puedo decir cual es, lo único que voy a intentar es ir poco a poco llevándola a cabo, espero que el blog no os deje indiferentes...

Para quien no lo sepa, en este blog iré dejando poco a poco mis escritos sobre un libro que estoy intentando realizar. Por supuesto no lo dejaré entero, aunque sí puede que una buena parte.

Quiero que sepáis que acepto críticas, o motivos para que mejore tanto en mi forma de expresearme, como en el vocabulario o en el desarrollo de la historia.

Como no me gustan las presentaciones largas, y creo que a nadie, prefiero dejarlo aqui....

Bienvenidos al laberinto interno